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DIAS ONLINE

11 marzo, 2009

ANTONIO BERNI (MAESTRO ARGENTINO DE PINTURA)




Delesio Antonio Berni nació en la ciudad de Rosario (Provincia de Santa Fe, República Argentina), el 14 de mayo de 1905.Pintor y grabador argentino nacido en Rosario, provincia de Santa Fe el 14 de Marzo de 1905; muerto en Buenos Aires, el 13 de Octubre de 1981.
Su padre, Napoleón Berni, italiano de origen y sastre de profesión, fue uno de los tantos inmigrantes europeos que se instalaron en esa populosa e importante ciudad.

Su madre se llamaba Margarita Picco, argentina de origen pero hija de italianos radicados en Roldán, un pueblo de la Provincia de Santa Fe que tendrá gran importancia en la vida de Berni.

En 1914 ingresó como aprendiz en el taller de vitrales Buxadera y Cía. Allí recibió las enseñanza de su fundador, N. Bruxadera, un artesano catalán. Poco tiempo estará en este taller, ya que entre 1914 y 1915 su padre volvió a Italia.

Berni, entonces es enviado a la casa de sus abuelos en Roldán.

Napoleón Berni murió durante la Primera Guerra Mundial, no se sabe ni cómo, ni cuándo, ni dónde.

A pesar de que Antonio se alojó en Roldán, estudió pintura en el Centro Catalá de Rosario con los maestros Eugenio Brunells y Enrique Minné.

Comenzó sus estudios vocacionales en su ciudad natal, completando su instrucción en Europa, mediante becas otorgadas en 1925 por el Jockey Club Rosarino y por el gobierno de la provincia de Santa Fe. Viajó por Francia, España, Italia, Bélgica y Holanda, visitando sus principales museos y los talleres de artistas famosos. Se radicó en París hasta 1931, siguiendo cursos de perfeccionamiento en la academias de André Lothe y Othon Friesz.

De ese período se conservan una serie de desnudos figurativos con influencias de estos dos grandes maestros europeos, realizados en París. Precozmente debutó en público con una muestra personal en el año 1921 en la Galería Witcomb de Rosario, realizando dos años después en la Capital Federal otra exposición de sus obras. Luego efectuó con regularidad diversas presentaciones particulares en distintos salones de Rosario, Buenos Aires, Montevideo, Madrid, París, Varsovia, Berlín, Moscú y Bucarest. Desde 1925, en que participó por primera vez en el certamen oficial del viejo Salón de Retiro, concurre con asiduidad a la mayoría de las competiciones nacionales y provinciales, en las que obtuvo numerosas y significativas distinciones, cuyas principales enumeraremos:

Premio Adquisición Salón Nacional (1925), Primer Premio Salón Nexus de Rosario (1926), Segundo Premio Municipal Salón Nacional (1936), Segundo Premio Salón Municipal de Córdoba (1944), Primer Premio Panel Decorativo Salón de Artes Decorativas (1937), Primer Premio Composición Salón Nacional (1937), Primer Premio Salón River Plate (1939), Primer Premio Salón Nacional (1940), Primer Premio Salón de Santa Fe (1941), Gran Premio Adquisición Salón Nacional (1943), Premio Internacional de Grabado y Dibujo de la Bienal de Venecia (1962) y en Lujbiana (1965), Cracovia (1966) y Berlín (1967). Formó parte en diferentes exhibiciones de grupos o sociedades artísticas, siendo invitado a concurrir a numerosas exposiciones nacionales e internacionales, entre otras: Uruguay, Chile, San Francisco, París, Nueva York, Madrid y en distintas ciudades de Estados Unidos.

Ha realizado varios paneles decorativos, bocetos escenográficos, ilustraciones y colaboraciones en libros, periódicos y revistas del país y extranjeros.

Fue miembro jurado en numerosos salones nacionales, provinciales, municipales y societarios. Fue Presidente de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos y Profesor de Dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes. En 1941 la Comisión Nacional de Cultura lo encomendó para realizar estudios sobre arte americano y precolonial en los países de América. Está representado en los principales museos provinciales del país, en el de Bellas Artes de la Boca, en el Municipal de Bellas Artes Plásticas Eduardo Sívori y en el Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. En el museo de Arte Contemporáneo del Hemisferios Occidental (EE.UU), en el Nacional de Bellas Artes de Montevideo y en el Nacional de Arte Moderno de Nueva York. Museo de Saint Denis (Francia). Ha reflejado en sus obras de caballete, en sus ilustraciones o en sus murales temas de ambiente popular, rurales o urbanos, en que describe tipos y costumbres argentinos con un significado de prédica social.

Con motivo de una exposición retrospectiva de la obra de Berni, entre los años 1922 y 1965. efectuada en el Instituto Di Tella de Buenos Aires en esa última fecha, dijo Jorge Romero Brest: "Cuando un artista llega a tener cincuenta años está generalmente fijado, lo que significa adopción de los supuestos para trabajar en la segunda parte de su vida.

Es cierto que nuestra época es cada vez más reacia al ¨estilo¨, induciendo a cambios que los desnaturalizan; es cierto que más prudente es hablar de ¨actitud¨ para denominar lo permanente en la obra de alguna manera y por ahora el ¨estilo¨ o la ¨actitud¨ perdura como estructura flexible de formas aun en la obra de los más avanzados. Por eso sorprende el ¨cambio¨ ocurrido hace aproximadamente cinco años en el modo como en Antonio Berni. Porque parece no haber conservado ni siquiera la ¨actitud¨ , abierto a un abismo entre las imágenes de corte ¨neorrealista¨ que hizo anteriormente y las que relatan la vida de Juanito Laguna o Ramona Montiel.

Como si hubiese girado ciento ochenta grados y descubierto el ámbito de la poesía visual que le había sido esquivo. Sin embargo el abismo puede no ser profundo y el giro no tan amplio, ya que Berni persona sigue siendo Berni, sin que haya evidenciado un ¨cambio¨ en sus ideas y en su conducta. ¿Cómo no plantear abiertamente el ¨caso¨ entonces, si a consecuencia del ¨cambio¨ obtuvo uno de los premios en la Bienal de Venecia en 1962. Para hacerlo se ha organizado esta exposición, en la que Berni presentará sus obras últimas y algunas anteriores; curioso él mismo, estoy seguro, de los resultados del cotejo. Y suspendo el juicio para dar a mi experiencia más libertad

La pintura de Antonio Berni recoge elementos fundamentales de la pintura europea de finales del siglo diecinueve y principios del veinte y los incorpora a su visión argentina y por tanto nostálgica, dramática, o intensa de América, con la resultante de una pintura de gran madurez y sobriedad plástica muy en el espíritu de su lugar y de su época. Aunque nunca abandona la figuración, Berni sabe transformar de manera innovadora sus personajes más conspicuos y dotarles de inusitadas maneras, por ejemplo en la serie de los Monstruos de Berni, premiada en la Bienal de Venecia, en 1962.

Sutiles, y al mismo tiempo poderosos, los caracteres de Berni, Juanito Laguna y Ramona Montiel personifican la repetida y siempre asombrosa historia de la supervivencia humana de los niños en las grandes ciudades del mundo. El placer que se torna dolor, el dolor que se transforma en arte y en testimonio y ese desdén propio del tango, se manifiestan visualmente en estas series que presentará la Galería Annta en estos días. Los implacables monstruos sociales y sus víctimas preferidas, niños indefensos, son tomados por Berni para acercarnos a su mundo íntimo y esencialmente tierno.

Las biografías dedicadas a Berni coinciden en señalar su primer contacto con el grabado durante la estancia del artista en París en los años veinte, y concretamente de la mano de Max Jacob. Pero el desarrollo del perfil de Berni como grabador se consolida a partir de 1960 con la realización de sus series de xilografías y xilo-collage-relieve sobre Juanito Laguna y Ramona Montiel, dos personajes inventados por él que son prototipos narrativos de la niñez explotada en América latina.


Juanito es un chico de "las afueras", surgido de la observación de la realidad del Gran Buenos Aires y sus villas miseria, pero en definitiva un arquetipo de la realidad de los países subdesarrollados. También procedente este mismo ámbito, Ramona Montiel se ha convertido en prostituta para poder sobrevivir y sus vivencias revelan la doble moral social y religiosa del marco social que habita. Dos extremos surgidos desde un mismo vértice cuyas historias irán evolucionando de manera paralela a la sorprendente renovación técnica de Antonio Berni y su deseo de materializar los excesos de la realidad social, de registrar la evidencia de lo cotidiano y sugerir los misterios de lo posible.

A veinte años del fallecimiento de Antonio Berni (1905-1981) tenemos la oportunidad de apreciar veinte de sus construcciones polimatéricas realizadas entre 1965 y 1971. Estas obras, propiedad de coleccionistas privados fueron cedidas para su exhibición conjunta, previo su restauración.


Acorde con el tema de los monstruos, las construcciones tratan de seres de morfología o proporciones anormales, que participan de mitos escatológicos, o sea fenómenos de ultratumba o del fin del mundo.


Nos preguntamos cuáles fueron las razones para que Berni abandonara temporariamente sus concepciones pictóricas del surrealismo y el neorrealismo.


Al parecer este giro en su producción se reveló con la serie de grabados de Juanito Laguna, personaje marginal, que fuera premiada por la Bienal de Venecia de 1962. A partir del personaje de Juanito, creó la saga de sus tribulaciones cotidianas. De inmediato aparece ese otro de Ramona Montiel, personaje femenino arrojado en su pobreza a la prostitución y la marginación social, ello permitió que Berni consolidara su testimonio de la realidad social en sus instantes culminantes. Por ello entendemos que la concepción de los monstruos fue abordaba en relación a los aspectos terroríficos del mundo contemporáneo adquiriendo carácter de denuncia social.


No olvidemos que tradicionalmente los monstruos fueron asimilados a seres de gran fuerza y ferocidad, utilizadas en perjuicio de los hombres. Si bien los monstruos de Berni invaden la conciencia culpable de Ramona, no todos están relacionados con ella. Existen otros con historias separadas que se ocupan de mitos morales sobre temas de la guerra, la destrucción el abandono, la muerte. Estos mitos son los que en la obra de Berni revelan la eterna lucha entre principios contrarios: el bien o el mal, el ángel y Satanás.


En general, las construcciones presentadas, están realizadas con materiales desechables de la sociedad de consumo, por ello altamente degradables como maderas, juncos, pajas, cartón, papel, telas, plumas presentan engarce -más bien incrustaciones- de otros igualmente descartables como tuercas, alambres, tapitas de latón, varillas metálicas.

Así La voracidad resulta terrorífica en su morfología, semejante a un cocodrilo que engulle entre sus fauces un cuerpo de mujer presumiblemente el de Ramona, del cual sólo vemos sus extremidades inferiores ataviadas con medias de red negras. Revelaría la violencia de la sociedad para el consumo rápido.

La hipocresía (1965) está representada por la gigantesca ave que aprisiona con una de sus garras de madera, el cuello de Ramona, del que sólo queda visible el torso. La actitud displicente del monstruo expresa sentimientos contrarios a los que experimenta. Otro de los monstruos, Personaje, de 1965 combina por mitades hombre con pájaro y seguramente representa esa cualidad de los seres que los transforma en poderosos al poseer el salvajismo de los animales y la inteligencia de los humanos.


En otra construcción que combina canastos de diferentes formas y tamaños, complementados por otros materiales metálicos, admiramos El pájaro amenazador. La temible ave suspendida del cielorraso, crea una sensación de vuelo. Su nombre, proyectado sobre una pared blanca, con su leve movimiento acompañado de un logrado efecto de luz, provoca aún mayor terror que la figura, creando la impresión de una mosca gigantesca.


Son muchas más las construcciones a observar que deslumbran por el ingenio de su concepción y por los mensajes que nos transmiten.
Mientras tanto no podemos dejar de comentar ese óleo sobre tela, de grandes dimensiones llamado Bombardeo, de 1953. Con fuerza intimidatoria nos muestra terroríficas maquinas voladoras que vomitan fuego sobre inocentes personajes, algunos ya alcanzados por la muerte. De gran significación para los tiempos actuales es esta premonitoria pintura de 1953 cuya exhibición seguramente fue resuelta con anterioridad a la guerra que ahora nos preocupa, esta guerra de enemigos invisibles que sólo se manifiestan cuando ocurre una gran destrucción.


De ahí el testimonio de actualidad que asignamos a esta muestra que asimila sus monstruos a esos otros personajes enfundados en escalofriantes vestimentas protectoras que los periódicos y la televisión nos muestran a diario.
Los monstruos de la imaginación de Ramona y de Berni y están entre nosotros, algunos de los cuales no asumen la morfología tradicional que les habíamos asignado.
Mientras tanto un rincón de la exposición está dedicado a talleres de arte participativo. Allí los niños pueden realizar sus propios monstruos. Quizá se encuentren por su inocencia, en mejores condiciones para enfrentar sus terrores. Quizá los monstuos sólo son creaciones del subconsciente.

2 comentarios:

  1. Anónimo3:54 p. m.

    Que belleza, dan ganas de tocar los trazos de esas pinturas. Es maravilloso. Roque.

    ResponderBorrar
  2. Anónimo2:58 p. m.

    me gusta la pintura de la mujer del sweater rojo
    y la del niño, son lo+!!!!!

    FLORENCIA SEQUEIRA

    ResponderBorrar

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