El Universo en un Atomo

El Universo en un átomo En los años setenta surgió un nuevo modo de pensar la realidad y todo lo que la compone. Pocos fueron los valientes, o locos, que lo siguieron. Pero hoy en día, el modelo se está difundiendo, entre hombres y mujeres de ciencia y estudio. Propone ideas completamente vanguardistas, se salen de las normas básicas que rigieron a lo largo del siglo XX. Postula: el mundo entero se encontraría en un átomo. El espacio-tiempo es una mera ilusión. Lo trascendental es explicable científicamente. ¿Qué es? ¿Un paso de gigante… como fue saltar de la tierra plana a la esfera terrestre? ¿O simplemente un grupo de herejes de la ciencia que fue ganando adeptos?
La mecha la prendieron un físico y un neurólogo, quienes por los años setenta comenzaron a pensar a la disciplina de cada uno, con el mismo modelo. Este modelo se basaba en lo último de la tecnología visual: los hologramas. Porque son la metáfora perfecta si uno quiere decir: todo el universo en un átomo, o todos los recuerdos en un milímetro cuadrado de cerebro, o todo el organismo en el ADN, o toda la sociedad en un individuo, o... cualquier cosa que ilustre: el todo está en cada parte y viceversa.
Para el físico vanguardista, llamado David Bohm, cada parte de la realidad tendría a toda la realidad en sí, y para ello, la realidad sería un todo sin espacio-tiempo. Para el neurólogo Karl Pribram, el cerebro funcionaría como holograma, la memoria entera estaría en todas sus partes.
Surgieron enseguida las críticas, como misiles, especialmente de la comunidad científica, que los llegó a tildar de farsantes y charlatanes. Porque implicó rupturas totales: como relacionar a la mística con la ciencia. Pero también surgieron seguidores, serios, y, menos serios.
Sin embargo, en la actualidad, el paradigma, o proyecto de paradigma, es el modo de pensar de varios científicos e investigadores respetados en los más diversos campos -algunos de los cuales fueron entrevistados por MYRIADES 1 -, que difunden este nuevo modo de pensar, que trae consigo un concepto diferente de “mundo”. Si es o no real, deberá comprobarlo la historia, si es que existe el tiempo que David Bohm considera una ilusión.